La boda de los pequeños burgueses

La boda
«Deberíamos considerar perdidos los días en que no hemos bailado al menos una vez.»
La famosa cita de Nietzsche que Bertolt Brecht pone en boca del novio de la boda, y que continúa:
«Y debemos llamar falsa cada verdad que no haya sido acompañada por al menos una risa»,
define el impulso que nos ha llevado a abordar el montaje de esta obra: no perder un día sin bailar, ni una verdad que no acabe en risa, porque la vida también es comedia y el sentido del humor lo salva todo.
En Youkali teníamos enormes ganas de abordar un montaje de Bertolt Brecht, poeta, director y dramaturgo alemán y uno de los autores más creativos y brillantes del siglo XX, cuya obra ha tenido enorme importancia en las creaciones escénicas modernas. Es el prototipo del intelectual revolucionario que ha tratado de descifrar la realidad a través del arte y es clara la trascendencia de su obra teatral y sus numerosos escritos teóricos desde sus contemporáneos hasta nuestros días.
Deberíamos considerar perdidos los días en que no hemos bailado al menos una vez Y debemos llamar falsa cada verdad que no haya sido acompañada por al menos una risa Y qué mejor manera que hacerlo que con “La boda de los pequeños burgueses”, esta farsa que Brecht escribe bajo el influjo de las vanguardias de entreguerras (dadaísmo, expresionismo), el mundo del clown y la pantomima de Karl Valentin, amigo y colaborador del dramaturgo en esta época.
Brecht seguramente tomara como modelo para esta pieza las soties francesas, obras satíricas francesas de los siglos XV y XVI protagonizadas por unos personajes (los “sots” o tontos) que bien pueden ser el filtro por el que hace el alemán pasar a los personajes de esta obra breve al modo del esperpento valleinclanesco.
Otra posible referencia serían los fabliaux franceses del siglo XII, aunque estos carecían de intención moralizadora y, de hecho, era frecuente en ellos que el desenlace fuera opuesto a los principios morales de la época y que el vicio y el engaño triunfaran sobre la moral y la virtud.
Para esta versión, de hecho, tomamos un poco de cada una de las fuentes para transformar el texto de Brecht de una farsa breve a una farsa cómica de mayor extensión, en la que es precisamente el tamiz de la farsa lo que puede llevarnos a la crítica social de Brecht, que aún está lejos de su teatro épico posterior. No hay aún extrañamiento, pero sí el distanciamiento que el comportamiento poco realista de los personajes y la comicidad aportan y permiten al espectador contemporáneo advertir el fondo de la pieza desde un desarrollo más cercano a la comedia actual.
Mantenemos, pues, los hallazgos del joven Brecht y tratamos de llevarlos a un lenguaje más actual y desarrollamos considerablemente el texto original que va más allá de una versión al uso. Además, reducimos a siete los personajes de la obra original y los individualizamos para darles otra dimensión.
Brecht escribió La boda en 1919, con 21 años de edad. Esta pieza en un acto (que hemos mantenido así pero considerablemente más larga añadiendo texto) es de sus primeras obras y, por tanto, aún inmadura. Tendrían que pasar casi diez años para alcanzar la plenitud de su obra, con la Ópera de los Tres Centavos. Aún así, esta pequeña obra maestra de teatro político, con discreta influencia del teatro épico iniciado por Piscator, muestra la que sería la línea de su obra donde se encuentran siempre unidos el fondo y la forma, la estética y los ideales.
Desde sus comienzos, BB se caracterizó por una radical oposición a la forma de vida y a la visión del mundo de la burguesía y, naturalmente, al teatro burgués, sosteniendo que solo estaba destinado a entretener al espectador sin ejercer sobre él la menor influencia. Desarrolló una nueva forma de teatro que se prestaba a representar la realidad de los tiempos modernos, y se encargó de llevar a escena todas las fuerzas que condicionan la vida humana, haciendo gala tanto de antisentimentalismo, como de su condolencia para los pobres y su sufrimiento, al tiempo que atacaba la falsa respetabilidad de los burgueses. El famoso efecto de distanciamiento creado por Brecht es un arma contra el romanticismo y el sentimentalismo. La crítica social, la compasión por los seres humanos y el consiguiente cambio de la sociedad debían desempeñar el papel esencial. Lo que tiene de distanciamiento esta obra es la propia farsa. Todos los personajes son egoístas, no “El arte no es un espejo para reflejar la realidad, sino un martillo para darle forma”. (B.B.) hay ni un solo gesto de generosidad.
La obra utiliza la ceremonia como medio para realizar una crítica a la ética, la realidad y las contradicciones de la sociedad. Brecht plantea una denuncia contra la hipocresía social de los tránsfugas de clase, el pequeño burgués, del proletariado que ha accedido a la clase media con las imposiciones que esto supone y la parte de la estructura en la que están inmersos.
“Cuando la hipocresía comienza a ser de muy mala calidad, es hora de comenzar a decir la verdad.”. (B.B.)
Esta comedia coral de ritmo trepidante, se desarrolla durante el tiempo que dura el banquete de la boda y relata el desastre absoluto en el que se acaba convirtiendo lo que se esperaba ser una ceremonia tranquila, comenzando por la mala calidad de los muebles, que fueron realizados por el novio y que acaban casi destruidos, al igual que las relaciones entre el resto de personajes. Retrata un momento especial en la vida de un grupo social específico, en el que supuestamente todo va a cambiar y ellos están preparándose para eso, están listos para la transformación, para la redefinición de sus vínculos sociales, pero la realidad los acomete de nuevo hasta llegar a la situación límite que hace surgir irremediablemente la autenticidad de las cosas. Los muebles se transforman, se acaban convirtiendo en
otras cosas, pero no así los personajes que son tontos desde el principio hasta el final.
En la versión de la obra que ha realizado Luis López de Arriba, con el fin de dotarlo de actualidad, darle más amplitud al texto y adaptar el reparto a nuestro elenco, ha introducido el texto de un relato de Brecht, abundantes
aportaciones propias y ha configurado un nuevo reparto de personajes a los que igualmente ha puesto nombre en significativo alemán:
- WIOLAND Schwer, madre del novio
- ANKE Heruntergekommen, la novia
- ASTRID Heruntergekommen, su hermana
- WAGNER Protzig, el novio
- FABIAN Miserabel, amigo del novio
- CONSTANZ Belästigung, la señora
- ADOLF Gedemütigt, su marido
Los personajes son socialmente reconocibles hasta la actualidad y evidencian la crisis de la familia: una pareja de novios pretenciosos, cuya relación parece ideal pero bajo la que se esconde la doble moral de un secreto que intentan inútilmente guardar; la discusión continua de la señora y su infeliz marido, que son el contrapunto a la perfecta estampa, marido que a su vez intenta flirtear con la ingenua hermana de la novia que le sigue el juego; las locas e imprudentes historias contadas por la madre del novio que se deja querer por el amigo oportunista de su hijo.
En palabras de Constanz: “¡¡Todo está roto, todo!! (…) ¡Todo, roto! ¡La vida está rota!”
Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.” (B.B.)
Aspiramos a conseguir ser imprescindibles por haber luchado por mantenernos en pie y sobre todo por respetar el espíritu que llevó al autor a escribir esta obra.

Sinopsis
Deberíamos considerar perdidos los días en que no hemos bailado al menos una vez. La famosa cita de Nietzsche que Bertolt Brecht pone en boca del novio de la boda, y que continúa… Y debemos llamar falsa cada verdad que no haya sido acompañada por al menos una risa, define el impulso que nos ha llevado a abordar el montaje de esta obra: no perder un día sin bailar, ni una verdad que no acabe en risa, porque la vida también es comedia y el sentido del humor lo salva todo. En Youkali teníamos enormes ganas de abordar un montaje de Bertolt Brecht y qué mejor manera que hacerlo que con “La boda de los pequeños burgueses”, esta farsa que el autor escribe en 1919, con 21 años y bajo el influjo de las vanguardias de entreguerras (dadaísmo, expresionismo), el mundo del clown y la pantomima de Karl Valentin. Esta comedia coral de ritmo trepidante, se desarrolla durante el tiempo que dura el banquete de la boda y relata el desastre absoluto en el que se acaba convirtiendo lo que se esperaba ser una ceremonia tranquila, comenzando por la mala calidad de los muebles, que fueron realizados por el novio y que acaban casi destruidos, al igual que las relaciones entre el resto de personajes. En ella, Brecht plantea una denuncia contra la hipocresía social de los tránsfugas de clase, el pequeño burgués, del proletariado que ha accedido a la clase media con las imposiciones que esto supone y la parte de la estructura en la que están inmersos. En la versión de la obra que ha realizado Luis López de Arriba con el fin de dotarlo de actualidad, ha introducido el texto de un relato de Brecht, abundantes aportaciones propias y ha configurado un nuevo reparto de personajes a los que igualmente ha puesto nombre en significativo alemán. Personajes que son socialmente reconocibles hasta la actualidad y evidencian la crisis de la familia: una pareja de novios pretenciosos, cuya relación parece ideal pero bajo la que se esconde la doble moral de un secreto que intentan inútilmente guardar; la discusión continua de la señora y su infeliz marido, que son el contrapunto a la perfecta estampa, marido que a su vez intenta flirtear con la ingenua hermana de la novia que le sigue el juego; las locas e imprudentes historias contadas por la madre del novio que se deja querer por el amigo oportunista de su hijo.
¡VIVAN LOS NOVIOS!
Ficha técnica
Versión y Dirección: Luis López de Arriba
Diseño de Escenografía y Vestuario: Mónica Florensa
Patronaje y confección vestuario: Ana López Arias
Producción: Laura Calvo
Diseño Iluminación: José Daniel López García
Diseño gráfico: Pepa Aller y Clara Blázquez
Luis López de Arriba, versión y dirección
Formado en interpretación y dirección de escena con prestigiosos profesores como Víctor Ruiz, Andrea Pinçú, Eva Parra, Jorge Eines, David Amitin y Santiago Sánchez. Además, es licenciado en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad Complutense de Madrid y profesor tanto de Literatura como de Técnicas Teatrales, Improvisación Teatral y Atención Plena.
Su actividad como dramaturgo comienza con la adaptación del clásico El principito para la productora Come y calla. Esta obra fue representada con Eduardo Casanova (Aída) como protagonista y estuvo en el Matadero del Español y en gira por todo el país. Posteriormente, participará en varios espectáculos como asistente de dirección hasta abordar con la Compañía Teatro en Serie la creación (dirección, dramaturgia, espacio sonoro) de la obra por capítulos de título Días como estos.
Posteriormente, escribe 36 meses para el director de escena Roberto Cerdá y Lo que nunca fuimos para Amelia Ochandiano, galardonada con el premio Eurodram 2018.
La temporada 2014-15 supone un salto para la compañía Teatro En Serie, para la que Luis crea La Casa de Huéspedes, una nueva serie en tres capítulos de hora y media de duración que se representa primero en La Trastienda y posteriormente en El Apartamento. A estas obras le seguirán El eremita, con autoría y dirección propias, y La vida imposible de Oliverio Funes (co-autoría con Caridad Fernández), estrenada como la anterior en los Teatros Luchana en colaboración con directores de escena como Pilar Almansa, Roberto Cerdá y Juan Vinuesa.
Es creador del proyecto Improaula en 2023.
Reparto
Wioland (la madre): Diana Cagigal
Fabian (el amigo): Javier Valverde
Wagner (el novio): Pablo Remiseiro
Anke (la novia): Clara Blázquez
Astrid (la hermana): Laura Calvo
Adolf (el señor): Antonio Díaz Narváez
Constanz (la señora): Pepa Aller